Así es como deseo a Dios en esta isla Contigo hoy: básico y azul Como el mar que relaja nuestros pies con sal Y trae la ola viviente a nuestras bocas Jugando con los sonios de un lenguaje primario. “Dios es azul”, cantó el poeta Juan Ramón Jiménez, Borracho de deseo, sus cabellos, cejas, Pestañas vueltos azules como las alas del Martín pescador. Acaso este pájaro que nos saluda cuando llegamos Al extremo oriental de esta isla, Nos dice que la lámina de frontera entre nosotros Es fugaz como el aire, permeable al azul Del cielo tropical y la montaña genciana. |
De repente siento la azulidad abrazarnos,
Esta rosa, esta isla, este aire cambiado,
La distancia entre el nosotros y el Yo
Que hemos ansiado ser. Un relámpago de azul ardiente
Alumbra en mi cerebro, trae la respuesta
Que hemos perseguido todo el día.
Las olas la cantan, el Martín pescador vuela en ella,
Es la raíz de esta isla. El deseo
De Dios es azul transparente –el color
Que hace visibles nuestras almas.